sábado, 22 de octubre de 2011
El Concilio de Nicea-ESTE VIDEO ES SOLO EL PUNTA PIE PARA UNA DISCUSION POSITIVA!!!
ANTES DE EMPEZAR...INCREIBLEMENTE LA RESPUESTA ESTA ARRIBA DE SU CABEZA EN ESE ARCO IRIS, AZUL, AMARILLO Y ROJO.- en próxima intervención les explico.-
Anexo II - LIBRO VIDA FELIZ
REENCARNACION Y CRISTIANDAD.
Sin pretensiones de historiadora…, sólo te pongo aquí un resumen que yo realicé luego de leer de diversas fuentes; te dejo a ti la tarea (si te interesa) de seguir estudiando el tema, de lo que sí me encargué es de ponerte un resumen de la historia que podríamos llamar oficial y de otra que nos han contado los maestros ( algunos elementos de Blavatsky entre otros). Como siempre te recomendamos que pases por el corazón lo que leas y sea él quién te diga cuál es la verdad.
De todas maneras, pienses lo que pienses sobre el presente tema, creas o no en la reencarnación, no cambiará los beneficios de poner en práctica los consejos e ideas de “Vida Feliz”.
Primero debemos hacer un resumen de la historia del Imperio Romano por aquellos días.
La crisis del Imperio.
Tras un largo período de paz y prosperidad, el mundo romano se sumió en una crisis en el siglo III. La presión de los germanos, por el norte, y la del recientemente formado Imperio sasánida de Persia, por el este , provocaron la caída del gobierno civil, después del asesinato del emperador Alejandro Severo en el año 235 d.c.. Los ejércitos de las distintas provincias trataron de convertir a sus propios comandantes en emperadores, e hicieron trizas la economía. En Occidente, los galos se zafaron del dominio romano y formaron su propio imperio, bajo Póstumo, entre los años 259 y 269 d.c. En tanto en el este, los sasánidas invadieron Siria, derrotaron y capturaron al emperador Valeriano, saquearon Antioquía, la tercera ciudad del mundo romano y promovieron la creación de un estado oriental independiente, gobernado por la “emperatriz” Zenobia de Palmira. Simultáneamente, el imperio fue asolado por la peste que, en el transcurso de los cuatro siglos siguientes, rebrotaba cada cierto tiempo. La desvalorización de la moneda y la inflación se sumaron a la angustia general exacerbada por una balanza comercial adversa, salida desmedida de oro a Oriente, Impuestos cada vez mayores, inflación que fue de 6 dracmas una medida de trigo a 78.000, 70 años más tarde, y dos millones 100 años después.
Cuando Diocleciano asumió el poder en el año 284, era evidente que todo el imperio no podía mantenerse unido en manos de un solo gobernante. Para descentralizar el imperio y administrar la crisis, Diocleciano dividió el poder quedándose él a la cabeza de la parte oriental y cediendo a Maximiano, que había sido elevado a la dignidad de Augusto, la parte occidental, cada uno con su respectivo César como subordinado.
El centro de gravedad se inclinaba hacia el Oriente y en el año 330, el emperador Constantino fundó una nueva capital y ciudad cristiana en Bizancio, rebautizada Constantinopla. Una reforma del sistema tributario dio origen a un breve repunte económico.
El fin del imperio no fue un colapso espectacular producto de las invasiones de los bárbaros, sino una declinación gradual. En el siglo V, el gobierno romano de Occidente se había debilitado a tal punto que la capital misma quedó expuesta al ataque. El saqueo de Roma por lo visigodos de Alarico en el año 410 marca el fin de una era; pero durante el siglo V los bárbaros ayudaron tanto a sustentar como a destruir lo que quedaba del Imperio de occidente.
Sin embargo, en Oriente, el régimen romano y sus tradiciones sobrevivieron a la crisis del siglo V y en el siglo VI experimentó una breve recuperación durante el reinado de Justiniano (527 – 565 d.c.). El emperador intentó incluso reconquistar algunas regiones del Imperio de Occidente, que habían caído en manos de lo bárbaros y logró recuperar el norte de África y la mayor parte de Italia. No obstante, estas victorias fueron sólo pasajeras.
El Imperio Bizantino sobrevivió contra toda adversidad otros mil años más, hasta que los turcos conquistaron Constantinopla en el año 1453.
El Imperio Oriental compiló los dos grandes monumentos del derecho romano: los códigos de Teodosio y de Justiniano. El Oriente también conservó y transmitió al mundo moderno el legado del mundo antiguo. Incluso en Occidente, muchas tradiciones romanas sobrevivieron, principalmente a través de la Iglesia cristiana.
Desde Nerón en el siglo I d.c. hasta Diocleciano, a fines del siglo III, los emperadores romanos habían perseguido, en forma intermitente, la nueva fe. Sin embargo, el cristianismo comenzó a extenderse y durante el reinado de Constantino (312.- 337), de un extraordinario núcleo de la política imperial, se transformó en la religión oficial del mundo romano. Los templos de los antiguos dioses fueron cerrados o convertidos en iglesias cristianas, se construyeron basílicas en las ciudades del imperio y la nueva religión pronto llegó hasta los bárbaros, más allá de las fronteras imperiales. La iglesia cristiana copió incluso las estructuras del Imperio romano en su organización. Las diócesis reflejaban las divisiones administrativas de Diocleciano; los obispos que tenían sus sedes en las capitales ciudades se reunían en un sínodo en las capitales provinciales y a los prelados de los grandes centros metropolitanos se les otorgaba una dignidad especial. Roma la sede episcopal de San Pedro, tenía precedencia en dignidad pero no en autoridad compartida ésta con la de Antioquia y Alejandría, luego Constantinopla y Jerusalén.
Hasta fines del siglo IV no se encontraron claras expresiones de primacía papal.
Cuando el poder centralizado del imperio de occidente quedó destruido, fueron los jefes de la Iglesia, los obispos, quienes se transformaron en las figuras claves de la sociedad. El destino de la ciudad de Roma era ser un gran centro cristiano y ya en la época de Constantino, comenzaron a constituirse magníficas iglesias.
LA HISTORIA LA CUENTAN LOS QUE GANAN
Historia de Constantino y Justiniano, según la historia oficial.
Los dos repuntes en el período de decadencia del Imperio Romano lo dieron estos dos Emperadores.
CONSTANTINO EL GRANDE (288-337).
El nombre de Diocleciano, emperador de Roma, perdura entre los más crueles perseguidores de los cristianos. Sin embargo, aún no habían transcurrido diez años desde la abdicación de Diocleciano cuando Roma tuvo su primer emperador cristiano: Constantino el Grande.
Para gobernar su vasto imperio Diocleciano lo había dividido en dos partes: El imperio de Oriente y el Imperio de Occidente, y las puso bajo la autoridad de jefes militares. De estos jefes, Constancio Cloro gobernó la parte de Occidente y al morir en 306, el ejército proclamó a su hijo Constantino emperador de Occidente.
Sin embargo, el nuevo emperador tuvo que empezar por desembarazarse de su rival Magencio. Constantino se abrió camino a través del Norte de Italia en 312 y tras una victoria quedó como único gobernante de Occidente.
Se dice que antes de la batalla vio Constantino en el cielo, al mediodía una cruz brillante con la inscripción “con ésta vencerás” Puso en los escudos de sus soldados el monograma de Cristo y venció a Magencio.
Ya emperador, se convirtió en campeón de la religión cristiana aunque no se bautizó hasta poco antes de morir.
Algunos ven este hecho como la prueba de que no fue sincero su accionar. Se dice que fue muy hábil y se dio cuenta de que la religión Cristiana estaba en pleno desarrollo, que no había podido ser quebrantada por ninguno de los Emperadores anteriores a pesar de todos los mártires que habían quedado por el camino, los cristianos seguían adelante. Observó que la antigua religión se estaba reduciendo y él necesitaba apoyo de grandes cantidades de la población si aspiraba a tener el poder.
Por lo dicho, él toma la religión cristiana, pero antes de reconocerla le empieza a hacer modificaciones, que los obispos van aceptando ya que era bueno dejar de ser perseguidos.
De esa manera, es que la religión cristiana llega a los templos a las Iglesias.
La nueva religión es una mezcla de cultos cristianos y cultos al Sol.
Los símbolos visibles, la Ostia, que se guarda dentro de un Sol, la forma de los templos, se cambió el día de liturgia de los sábados al domingo (este era el día que veneraba la religión romana el Sol), y no el sábado ( sabat, como venía siendo hasta entonces, esto también se utilizó para marcar una división con la parte de tradición Judía que conservaban los cristianos). Las Mitras de los Obispos, la organización política, etc.
En 313 se entrevistó con Licinio, emperador de Oriente y ambos convinieron en conceder a los cristianos plena libertad de culto.
El Credo Niceno
En 323 derrotó Constantino a Licinio y se convirtió en emperador de todo el mundo romano. Dos años más tarde convocó una asamblea de obispos en Nicea para formular los principios exactos de la iglesia cristiana, a fin de impedir que las herejías ganasen terreno.
El mismo Constantino asistió a ella, con corona y ropas de púrpura. “ Parecía tan impresionado por la situación como los obispos, y al principio no sabía si debía permanecer de pie o sentarse, hasta que le hicieron seña de que se sentara”. En aquella asamblea o concilio se formuló el Credo Niceno, que es la expresión antigua más importante de la fe cristiana. Todavía lo usan solemnemente las iglesias ortodoxa oriental, católica romana y episcopal. También lo aceptan, como los episcopales, la mayoría de los demás protestantes.
Hacia 326 decidió Constantino trasladar su capital de Roma a un lugar más próximo al centro de su enorme imperio. Eligió la antigua ciudad de Bizancio, sobre el Bósforo donde se cruzan los caminos de Oriente y Occidente.
Gran parte de la ciudad fue reconstruida con mayor magnificencia y después recibió el nombre de Constantinopla (Estambul).
JUSTINIANO I (453 – 565).
En la historia del Imperio Romano de Oriente, Justiniano I se destaca como el emperador más famoso. Nació en la provincia romana de Iliria, y sus padres probablemente fueron de origen godo. Su tío, que de simple campesino llegó a ser el emperador Justino I en 518 se interesó por Justiniano. El joven recibió una buena educación en Constantinopla y después tuvo parte en el gobierno. Al morir su tío, subió inmediatamente al trono.
Aunque era vanidoso y dejaba que otros influyeran fácilmente sobre él, Justiniano fue muy laborioso. Tuvo, además el talento de rodearse de buenos colaboradores para construir sus grandes acueductos, puertos e iglesias y para luchar contra otros países. Durante su reinado se construyó la iglesia de Santa Sofía, en Constantinopla. Sus generales, Belisario y Narsés, reconquistaron el reino vándalo de África, y no sólo restablecieron la autoridad de Justiniano en Roma, sino también en parte de España y en el N. De Italia. Con hábil diplomacia, Justiniano consolidó los triunfos alcanzados.
Los proyectos de Justiniano fueron siempre ambiciosos. Gravó al pueblo con impuestos elevadísimos que hicieron que luego de 38 años decayera su gobierno.
Se le reconoce como obra mayor la recopilación de leyes romanas en un cuerpo legal sistematizado:
a) El Código Civil que usaron luego muchas naciones para hacer sus leyes.
b) Las Institutas son para la instrucción de los estudiantes de derecho y para los abogados, escribió personalmente himnos y trabajos teológicos.
OTRA FORMA DE CONTAR LA HISTORIA, RESPETANDO LA VERACIDAD DE LOS HECHOS, según nos han comunicado los Maestros de la Luz.
Juristas podrán alabar el Código de Justiniano_ como de hecho lo hacen_, y los historiadores podrán “aplaudir” el asesinato que Teodora, a sangre fría, perpetró sobre treinta y cinco o cuarenta mil inocentes (según las fuentes) en el Hipódromo para “salvar la corona“. Laicos y clérigos podrán inclinar sus cabezas en admiración al contemplar la magnificencia de Santa Sofía. Pero recuerden todos que ningún hombre o mujer mortal ha podido hacer un daño mayor en retardar la evolución humana, por cuenta de la abolición de la doctrina de la reencarnación, que estos dos maníacos, Justiniano y Teodora (Lo único que buscaban y obtuvieron fue poder como ya lo explicaremos más adelante).
Habían enseñanzas en los primeros Evangelios por las cuales los Primeros Cristianos estaban preparados a morir en su defensa. La obra de Orígenes, y particularmente la de Basílides, fu importantísima.
Basílides, quien enseñó en Alejandría allá por el año 125 d.c. y alrededor de quién se agruparon los fundadores de diversas escuelas gnósticas, mantenía que él había recibido todas sus doctrinas del Apóstol Mateo y de Pedro por conducto de Glauco, su discípulo. El ortodoxo Eusebio informa que Basílides publicó veinticuatro volúmenes de “Interpretación de los Evangelios “, que más adelante fueron quemados por la Iglesia (Historia Eclesiástica IV, 7). Tal pérdida parece incalculable, a la luz que podría verter sobre los albores del Cristianismo, ya que estas obras fueron escritas mucho antes de que la llamada Biblia Canónica fuera oficialmente sancionada en el Concilio de Nicea, en 325 d.c.(con todas las amputaciones y adulteraciones que recibió).
En el año 428 d.c.,el Emperador Teodosio II del Imp. Romano Oriental nombró al Abate de Antioquia, Nestorio, como Patriarca de Constantinopla. Nestorio mantenía la opinión de que el título “Madre de Dios” para la Madre María(la “Virgen”), estaba siendo impropiamente utilizado por razón de que “ fue el Padre quien engendró a Jesús como Dios, mientras que María lo gestó como Hombre” postura que fue denominada “ Nestorianismo”.
Dicha postura, era considerada una “herejía”, contra la que se combatió, amargamente hasta que, finalmente, el Concilio de Éfeso – 431 d.c._ declaró que “Jesús Cristo era verdaderamente Dios y verdaderamente Hombre; que tenía dos naturalezas al mismo tiempo, perfectamente distintas e inseparablemente unidas en una persona y compartiendo la Sustancia Divina Una”.
Como castigo por su “herejía”, Nestorio fue depuesto como Patriarca, fue enviado de vuelta a Antioquia, llegando más tarde a Egipto donde murió en el año 451.
Uno de los enemigos más acérrimos de Nestorio en la controversia arriba descrita fue un archimandrita de Constantinopla llamado Eutiques (433 d.c.).quién mantenía que en Jesús Cristo no habían dos naturalezas_ humana y divina- sino una sola, Divina. Esta doctina se llegó a conocer históricamente como el “Monofisisno”, y produjo tanta controversia como su predecesora. Argumentaban que “la humanidad de Cristo estaba absorbida en su Divinidad, y que aceptar dos naturalezas era “Nestorianismo”.(Nótese cómo las anteriores posturas eran antagónicas una de la otra y se llamaron herejía una a la otra y los Monofisistas las ponen en una misma bolsa).
A fin de dirimir las diferencias se convocó un Concilio, el “Cuarto Concilio Ecuménico de Calcedonia “451 d.c., en el que el Monofisismo, como doctrina, fue considerada Otra “Herejía”, fueron condenados, sus principales proponentes depuestos y perseguidos, y el partido que los apoyaba fue disuelto y abolido. En esto, uno de los protagonistas contra el “Monofisismo” más tarde llegó a ser el Emperador Justiniano, quién, como príncipe heredero entonces, persuadió a su tío, el Emperador Justino de que persiguiera y obliterara todo signo de Monofisismo, parcializándose fuertemente con el Nestorianismo.
A la luz de los eventos subsecuentes, es importante que mantengamos este particular detalle claro.
Vale la pena notar aquí que, en todas estas controversias religiosas, la reencarnación no figuraba en modo alguno como la doctrina impugnada; era totalmente aceptada y reconocida como un dogma básico, reiterado y aprobado, al pasar el tiempo, por los mejores teólogos de la época como Orígenes, San Gregorio, Basílides y otros, y fue especialmente reafirmada en el Concilio de Calcedonia.
Así estaban las cosas cuando el Emperador Justino I murió en el año 527, y Justiniano se convirtió oficialmente en Emperador. Trajo con él a Teodora, quien no solo se volvió su consorte sino su co-gobernante.
Fue con la entrada de Teodora al gobierno del Imperio Romano Oriental que la doctrina de la reencarnación se encontró en el lado de los perseguidos, mientras que el Monofisismo, bajo Eutiques, estaba en ascenso; se volvió el favorito de la Corte Imperial y no por accidente. ( Nótese el cambio de posición que logra Teodora en Justiniano ).
Teodora era hija de un domador de circo y entró en la profesión más antigua del mundo siendo muy joven, luego por habilidad en las conspiraciones y secretos de palacio fue subiendo, escalando hasta que uno de sus mentores la descubre y la echa.
Llega a las afueras de Constantinopla y es ayudada por un viejo ermitaño mosofisista, Eutiques. Con el que aprende sobre el Monofisismo. En Constantinopla empieza como cortesana y luego se casa con Justiniano.
Teodora recordó al ermitaño su Monofisismo y su leve antagonismo con la reencarnación, y lo llevó al Palacio.
Primero había que revocar los Decretos del Concilio de Calcedonia contra el Monofisismo, este al principio no tenía posición contraria a la reencarnación, solo difería con el Nestorianismo en lo ya expuesto, todo fue una trama urdida por Teodora que veía en la abolición de la reencarnación la obtención de más poder para la Iglesia, y ella tenía la esperanza de un día llegar a ser vista como una Diosa.
La razón es muy sencilla pero a veces no es fácil de ver; la reencarnación nos da la chance a los humanos de que si nos equivocamos en una vida, nuestra alma puede venir a expiar su culpa en otra vida, o al menos puede venir a aprender en su próxima encarnación sin que por haber tenido un error grave, el alma deba ir por los siglos sin fin al infierno.
Una vez abolida la reencarnación, las personas deberán depender imperiosamente del perdón de sus errores para no ir al infierno, y este perdón lo dan solamente los sacerdotes. De esta manera se crea una dependencia del orden eclesial; más adelante en el tiempo empezaron a comprarse las indulgencias, otra cosa muy conveniente para el poder político y para las finanzas de las Iglesias.
Para perpetrar esta infamia Teodora se vale de Eutiques y todos sus monjes.
Espionaje, destrucción y quema de documentos hasta la mismísima Biblioteca de Alejandría. Principalmente buscaban los escritos de Orígenes, quería que se olvidaran de las enseñanzas de este sabio sobre la reencarnación. Se debe recordar que Orígenes – 185-253- fue el padre y fundador de la Ciencia de la Iglesia, así como de su teología; y su prolifera obra tuvo gran influencia sobre los Primeros Padres de la Iglesia, así como de su teología, el escrito más buscado se llamaba (Los Primeros Principios). Justiniano estuvo sumamente dispuesto a apoyar en todo a Teodora ya que lo influenciaba, lo aconsejaba y sobretodo luego de haber casi perdido el Reino con el conflicto y matanza de “Nikka “ del 532. Por una arbitrariedad de Justiniano y la perfidia de su consorte se perdieron injustamente más de 40.000 personas en una tragedia absurda.
Como también había que convencer a la Iglesia de Occidente, Teodora se encargó de deponer al Papa. Con la ayuda de sus fieles Belisario y Antonina.
Convenció primero a Justiniano que para unificar el Imperio había que eliminar el antagonismo entre los antioquenos nestorianos y los alejandrinos monofisistas , se resucitara el “Edicto de los Tres capítulos”. Mediante este “Edicto” se había condenado como “herejía” la posición de tres obispos antioqueños de tendencia nestoriana, aunque todos ellos habían abjurado en Calcedonia de sus errores nestorianos y se habían pasado a la línea ortodoxa, siendo absueltos por dicho Concilio. Por más bufo que esto parezca, era no obstante el payaso detrás del cual se habría de lograr el verdadero propósito de abolir la doctrina de la reencarnación.
Los “Tres Capítulos” consistían en tres proposiciones sobre la encarnación del alma de Cristo. La primera planteaba la “re-personificación” del alma, aparentemente queriendo decir que al momento de morir, el alma permanecía en la Tierra, ocupando un cuerpo nuevo; y la tercera la co-creación del alma con la forma humana al momento del nacimiento.
Por conducto del subordinado Patriarca Mennas a quien Teodora dominaba SE CONVOCÓ A UN SÍNODO LOCAL PARA REVOCAR LOS DECRETOS DEL CONCILIO DE CALCEDONIA (451 D.C.), QUE CONDENABAN AL MONIFISISMO Y QUE REAFIRMABAN LA ADHERENCIA DE LA IGLESIA A LA REENCARNACIÓN. Como EL Papa no lo quiso hacer de esta manera se llamó a un Concilio Ecuménico para su aprobación, empezaron a prepararlo en el 543 pero los obispos no quisieron ir, ni los de Oriente ni los de Occidente (los pocos a los que habían cursado la citación) llevó 10 años reunirse. De los 3.000 que debían ir sólo fueron 175, luego de las indicaciones de Justiniano el Quinto Concilio Ecuménico empezó a deliberar.
Teodora había fallecido en 547 de cáncer pero Justiniano siguió adelante, creía que su amante alcanzaría la inmortalidad. La pregunta es por qué y qué tenía que ver la obra maléfica de esta mujer con su Inmortalidad?, con quién había hecho ella trato?, porqué de la teoría Monofisista, ni de la Nestoriana, si hay o no reencarnación a ella le iba a tocar la Inmortalidad, totalmente absurdo.
La única explicación fue la que dimos al principio, sobre la conveniencia política de que desapareciera la teoría de la reencarnación y todos los estudios de Orígenes.
El Credo Niceno, fue creado para poner dudas sobre el origen de Jesús y de los demás seres-humanos, en la parte en que dice: _...Engendrado y no creado, de la misma naturaleza que el Padre...-
Al explicar que Jesús es de la misma naturaleza que el Padre nos dice a nosotros que somos hechos pero no engendrados, marcan una diferencia entre nosotros y Jesús lo que contradice lo que Jesús mismo decía de nosotros. Mientras Él nos decía..._Dioses sois, hombres de poca Fe,… cosas mejores que yo podéis hacer”...
Ellos nos hacen pensar que nosotros no podemos llegar a realizar lo que Jesús ya que Él sí pudo por tener una Naturaleza especial y distinta; el tema es que de esta manera todo lo que Jesús probó en la Materia, no tendría fuerza de prueba, de realización, ya que Él sí lo podía lograr porque Él era Dios pero nosotros no, por sólo ser hombres imperfectos y pecadores. Según ellos sólo podemos vivir en el pecado. De esta manera el Amor perfecto que Él fue queda sólo en Él, la Magia, el Poder, a lo que no podríamos acceder a realizar nunca debido a nuestro origen.
El Maestro Jesús nos enseñó la verdadera relación que tenemos con Dios y con Él.
La verdadera oración es la que el Maestro nos dejó, si bien ha sufrido varias modificaciones, de la original, tal vez por no haber entendido el verdadero significado, no se cambiaron valores que siguen estando en la misma.
Oración Dominical o “Padre Nuestro”, y explicación.-
1)
Padre nuestro
2)
Que estás en los cielos
3)
Santificado sea tu nombre
4)
Venga a nosotros tu reino
5)
Hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo
6)
Danos hoy nuestro pan de cada día
7)
Perdona nuestras ofensas
8)
Como nosotros perdonamos a lo que nos ofenden
9)
No nos dejes caer en tentación
10)
Más aún líbranos del Mal
11)
Amén
1) - Dice Padre nuestro, no dice Creador nuestro, no dice padre mío y creador vuestro.
Dice “Padre nuestro” ,(de Jesús - Cristo y de los hombres), lo que además nos hace a todos hermanos.
2) - “Los Cielos” es lo que está por encima de nuestra calidad humana, es el lugar o Plano del Ser, es un lugar perfecto, en el Cielo, en que se es Feliz. Algunos dicen que es el Plano Mental Superior.
3) - No usar el nombre de Dios en vano, sino Santificarlo; el Nombre ya es Santo pero nosotros tenemos que Santificarlo también cuidando el uso del Verbo. “Yo Soy”, es el nombre de Dios (Exodo 3-14), por lo cual no podemos hablar en formas que nieguen la perfección Divina luego de decir Yo Soy.
4 - Si santificamos su nombre viene a nosotros Su Reino,- digo “venga a nosotros tu reino” ( lo estoy decretando, una vez que bendije a “ Yo Soy “.
Es entonces que el Cielo o Ser baja y se compenetra con el Alma y el Alma con el Cuerpo Físico.
5) - Si todos hacemos esto se realiza la Voluntad del Padre tanto en la Tierra como en el Cielo; es la fórmula para volver a ser Uno con Él.
6) – Él “Cubre las necesidades de cada día”, cada día pido lo de cada día, y pido el pan, es decir todas las necesidades básicas y las otras también; se refiere a todos los alimentos y no sólo a la comida.
“Hoy”, representa el presente, a medida que vamos evolucionando, mi presente son segundos cada vez más sentidos, en los que siempre confío en Dios, mi proveedor Universal, siempre presente.
7) y 8) perdóname de la misma manera que yo perdono, si yo no perdono, y me perdono, no podré ser perdonado.
9) – Cuídanos, protégenos, sostennos para que no nos equivoquemos, ante las tentaciones que se nos presentan.
10) - Le pedimos más aún, como sabemos que en la carne no somos infalibles, le pedimos que nos libre de todo mal, nos proteja y nos lo evite (a la mayoría de las pruebas nos la ponemos nosotros mismos y son innecesarias, solamente la prueba que podría haber es la del Amor Incondicional).
11) - Que así Sea, cuando lo digo es porque espero que sea así, es una manera de darle fuerza a todo lo dicho y decretado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario